martes, 16 de junio de 2015

Vilustrado 2015: EL COMIENZO



Hace unos tres meses, cuando buceando por las redes encontré las bases del concurso de ilustración para el 1er Encuentro Internacional de Ilustración de Valladolid, nunca imaginé ni en lo más remoto de mis fantasías ilustradas que las cosas acontecerían como lo hicieron.
Siempre me ha gustado escribir, como diversión y como catarsis y porque no podía evitarlo. Cuando nacieron mis hijas, mis relatos empezaron a buscar con la mirada un público infantil, y empecé a crear historias que las hicieran reír, pensar, jugar... 
Hace unos años, cuando buscaba ilustrador para una de esas historias, me topé con la ilustración. Así de sopetón, al girar una esquina y por sorpresa. Me enamoré. Fue un flechazo, uno de esos que no hay forma humana de evitar, no importa donde te escondas (¿habéis visto la peli Melancolía, de Lars von Trier? pues lo mismo).  
Como también dibujaba y pintaba (sí, los que no tenemos hermanos solemos pasar mucho tiempo de nuestra infancia con nosotros mismos jugando y entreteniéndonos con cosas que no necesitan adversarios ni aliados humanos) aquello ya fue un no parar.

Una ventana se abría


Entre ilustración y dibujo, entre encarguillo y trabajo personal y alguna expo colectiva llegó mi primera experiencia en la Feria de Bolonia, que fue el revulsivo final, el definitivo. Tres días de Ilustración con mayúsculas, de editores, de ilustradores con increíble talento, de imágenes bellísimas repartidas por los miles de libros que me parecían auténticas obras de arte. Y al volver ya no me conformaba con los ratos, con las técnicas conocidas ni con las composiciones ya visitadas, con el trazo simple, o con el color obvio...quería más. 

El despertar

Con el poco tiempo que mis obligaciones no ilustradas me dejaban, debía apuntar bien, trabajar duro y por objetivos concretos, al mismo tiempo que me divertía. No era tarea fácil. No había fórmula mágica, y los únicos ingredientes de la receta pasaban por el trabajo, la constancia, la diversión, la pasión, la investigación, la apertura, el riesgo, la humildad, y algunos aderezos más. A ello me puse y en ello sigo.

Rodando con impulso


Hace tres meses, como digo, llamó a la puerta Vilustrado y su concurso. Las bases requerían realizar ilustraciones cuya temática fuera "El comienzo". No me podía gustar más. Algo tan amplio, y concreto a la vez, un breve momento que precede a, tal vez, una eternidad. El comienzo es ese instante de energía, adrenalina, incertidumbre, ilusión, miedo...La idea se instaló en mi cabeza y ya no salió. Le daba vueltas todo el tiempo, mientras trabajaba, mientras comía, mientras hablaba, mientras conducía -no probar, puede resultar peligroso- incluso mientras dormía. Los comienzos que me visitaban eran todos breves, lejanos, únicos, excluyentes, efímeros, y los rechazaba tal como llegaban. Buscaba algo más cotidiano, más universal sin ser pretencioso, algo que no fuera único en el tiempo, y común a todo el mundo. Y allí estaba, delante de mí tras cantar el gallo y con el aire impregnado de café: el comienzo del día. Ese momento por el que pasamos todos, y todos los días. Ese momento que siempre precede a la expectativa del día por delante.
Así fue que el papel en blanco fue tomando forma y nacieron las criaturas que días más tarde viajarían por correo urgente certificado al Laboratorio de las Artes de Valladolid.



Pasaron muchos días, muchos comienzos, hasta que el 11 de mayo el comienzo del  día fue así:



Hoy, poco más de un mes después, ha habido muchos comienzos buenos, y otros muy buenos. Fui a Vilustrado, aprendí de maestros ilustradores de los que antes había estudiado sus ilustraciones con precisión de cirujano, conocí a personas geniales en todos los sentidos y sobre todo, disfruté. Disfruté mucho de una pasión que ahora es un poco, solo un poco más que un amor platónico. 



Me llevo una gran resaca de felicidad y muchas lecciones aprendidas, que no por sabidas, conviene olvidar. Cojo prestadas las palabras de Pablo Auladell en su charla "Las 40 paradojas del ilustrador" que realizó durante el encuentro: en la paradoja de la autopista y el río, debemos elegir cual es el mejor camino, la autopista es más rápida, pero el río, aunque más lento, nos ofrece el placer del camino, las curvas, el paisaje, el tiempo de pensar, el esfuerzo y la satisfacción verdadera. Este sólo es el comienzo de muchos otros.
Gracias Vilustrado por este comienzo impagable.



martes, 9 de junio de 2015

domingo, 4 de enero de 2015

Calendario


Bonito proyecto de calendario solidario en el que participo con el mes de marzo junto a otras ilustradoras




miércoles, 15 de enero de 2014

Viviendo en la Toscana catalana

El trabajo, la ilusión, la constancia, la técnica, la creatividad...todos elementos importantes para crear, pero un buen entorno nunca está de más...

A un lado el Pirineo nevado desde principios de invierno, y tras él el sur de Francia...



Al otro "el poblet". Piedra y medievo en cada esquina...




Los bosques de l'Empordà...





Un poquito más allá, el maravilloso Mediterráneo...









Rincones de cuento por todas partes...






Y mi rincón favorito...